Mi hijo cumplía ayer 1 año, por eso la entrada de hoy va dedicada a este acontecimiento tan especial, donde lo más destacable y lo que más he apreciado en estos 365 días, es el hecho de ser un espectador privilegiado a la hora de ver como el nene crecía y progresaba.
No me cansare de repetirlo, y ya lo he comentado en anteriores posts, el cambio que se produce en tu vida tras el nacimiento de tu primer hijo es algo inexplicable, que sólo se entiende viviendo la experiencia y siendo participe de ella.
Muchos cambios, poco tiempo
Este primer año suele parecer corto a la mayoría de padres primerizos, y esto es lo más normal del mundo, ya que tu día a día esta plagado de novedades, de esta forma siempre estas entretenido y el tiempo se acorta, pero sólo es nuestra percepción. Además el hecho de observar de primera mano los progresos del bebe, hacen que parece que haya pasado más tiempo del que es. Son 52 semanas muy intensas y que vale la pena vivir, aunque sería mejor si se pudieran alargar en el tiempo y así saborear cada nuevo paso que da el pequeño. Ahora todo queda un poco condensado, de esta forma pasa un año y sin a penas darte cuenta.
Cambios a tu alrededor
Esta personita se vuelve el centro de tus actuaciones, todo lo que haces ha de estar supervisado por él, siempre has de tenerlo en mente. Sin querer dejas de hacer muchas cosas que antes realizabas sin tener que dar cuentas a nadie. Tus pensamientos y opiniones también son susceptibles de cambiar, es complicado de explicar, pero en tu interior se producen pequeños cambios a penas perceptibles que salen a relucir cuando menos te lo esperas. Todo esto repercute en tu entorno más próximo, nosotros muchas veces nos somos conscientes de ello, pero los más allegados a nosotros seguros que se dan cuenta de esta pequeña transformación. No puedo poner ejemplos, pero seguro que cada uno de nosotros podría comentar su propia experiencia con conocidos o amigos que han sido padres primerizos.
Esta experiencia te absorbe y sin querer te mete dentro de una burbuja, muy especial, pero de la que ha de saberse sacar lo positivo, además de saber salir de ella. No es bueno estar siempre metido, ya que no podemos dejar a un lado toda nuestra vida, hay tiempo para todo, lo que hay que hacer es saber planificarse y disfrutar de la experiencia sin olvidarnos de nosotros mismos.
Un año muy intenso y bonito, a pesar de que sigo haciendome a la idea de que ya soy padre.