Los pensamientos nos invaden casi a cada momento de nuestra vida, se requiere de esfuerzo, dedicación y meditación, para lograr dejar la mente en blanco y que de esta forma disfrutemos de un momento de paz, donde dejamos de hacer caso a nuestros pensamientos, ya que parece ser que siempre que hacen acto de presencia hemos de hacerles caso. La cuestión es que dependiendo del tipo de pensamiento que llega a tu mente, deberemos de ser capaces de valorar si hemos de hacer el esfuerzo de dedicarle tiempo, o por otro lado hemos de dejarlo pasar, de esta forma podremos ser más eficientes en nuestro día a día y no malgastando el tiempo en tareas innecesarias o improductivas.
No soy ningún experto en la materia, pero reflexionando por todo lo que pasa por mi mente, me he dado cuenta, o he podido reconocer tres tipos de pensamiento que son los que normalmente inundan mi cerebro. A continuación los cito, además de darles la importancia que merecen para de esta forma dedicarles un tiempo prudencial para que no vuelvan a aparecer y así tener una quietud mental.
Pensamiento recurrente
Estos son los que más influencia tienen en nuestro día a día, pero la culpa es nuestra, ya que estos se nutren de nuestras preocupaciones que no logramos resolver, además de todas aquellas situaciones que dejamos pasar. Este tipo de pensamientos solo requieren de atención para poder solucionarnos y que así no vuelvan a aparecer. Ante los pensamientos recurrentes hemos de hacer el esfuerzo de no tener miedo de verlos de cara y ver que es aquello que realmente nos están diciendo, ya que muchas veces tan sólo hemos de darnos cuenta que no son tan importantes como parecen, pero sino los evaluamos nunca podremos llegar a esta conclusión. Son recurrentes porque no les damos el espacio que merecen, así que cuanto antes los comprendamos, antes desaparecerán de nuestra vida, eso sí, no hemos de olvidar que siempre volverán a aparecer por las situaciones que vivamos, pero con el paso del tiempo sabremos gestionarlos más rápidamente.
Pensamiento resolutivo
Las situaciones con las que tenemos que lidiar en la vida, muchas veces requieren de una resolución, y respecto al anterior tipo de pensamientos que aparecen por sorpresa, en estos somos nosotros los que generamos para así encontrar la solución ante aquello que nos encontramos de frente. El pensamiento resolutivo es muchas veces la solución al pensamiento recurrente, ya que a partir de él podemos hacerlo desaparecer mediante la comprensión y su aceptación. Mediante la asociación de ideas, la información y todo el conocimiento que tenemos, es como nos volvemos más resueltos ante los diferentes escenarios que nos brinda nuestra experiencia. Aquí hay un esfuerzo consciente, ya que tratamos de solucionar algo concreto y estos pensamientos van apareciendo a medida que intentamos encontrar la solución, son pensamientos necesarios que se van adaptando y evolucionando a medida que nos adentramos en la resolución de cualquier problema. Al final su propósito es alcanzar una paz mental para que la situación no se convierta en una preocupación y por lo tanto en un pensamiento recurrente.
Pensamiento mágico
Para terminar tenemos un tipo de pensamiento cuyo origen muchas veces es incierto, ya que no tiene que ver con lo que vives en ese momento, sino que aparece sin más. Por eso le llamo mágico, aunque también podría llamarse intuitivo, la cuestión es que es un tipo de pensamientos que te un valor añadido, ya que una vez sabes escucharlo y ponerlo en práctica, te das cuenta de todo lo que tiene que ofrecerte. Lo llamo mágico porque no aparece de forma recurrente y a pesar de que puede servir para resolver una situación, no has de poner esfuerzo en ello, aparecen sin más y cuando menos te lo esperas, aunque lo importante es prestarle atención. Este tipo de pensamiento lo tienen todas las personas, pero muchas veces no les hacemos caso, los dejamos pasar sin más, pensamos que no tienen mucha coherencia, que no queremos hacerle caso, que son descabellados, cada uno sabrá el porque no le da importancia, pero la cuestión es que si aparecen es por algo y que mínimo que dedicarle un poco de nuestro tiempo para ver lo que nos ofrecen.
Los pensamientos aparecen a todas horas, pero hemos de ser capaces de discernir entre los tres tipos que acabamos de explicar y sobre todo centrarnos en cuales son aquellos pensamientos que queremos que hagan acto de presencia en nuestra vida, ya que este poder si que depende de nosotros. Para los recurrentes esta claro lo que tenemos que hacer, dejarlos pasar para que vuelvan a venir o enfrentarnos a ellos para eliminarlos. En el caso de los resolutivos es cuestión de tener claro todo aquello que queremos solucionar y estos acuden para esta empresa. Y para el pensamiento mágico, lo mejor es eliminar por completo los dos anteriores, observar la vida, fluir con el momento, y sobre todo permanecer con una escucha atenta a nuestra mente, aunque es imprescindible que esta esté lo más en paz posible y para ello la meditación es un gran aliado.
¿Qué tipo de pensamientos son los que inundan tu mente? ¿Ves correcta la categorización de los pensamientos? ¿Añadirías algún tipo más? ¿Tienes pensamientos mágicos?
Foto: Clara Ines