Las entradas de hace una año reflexionan sobre el tema de la paternidad. En la primera recapacito sobre una frase que me encanta pronunciar. Mientras que en la segunda hago un pequeño intercambio de papeles con nuestros hijos, ya que son ellos los que nos enseñan a nosotros.
Los padres son los culpables
Esto es muy cierto y no hay que pensar sólo en el lado negativo, sino que se trata de que seamos conscientes de nuestra responsabilidad. Somos las personas con las que más tiempo pasan , por todo ello nuestros actos condicionan su forma de ser. Si un niño es como es, en parte es gracias a, o por culpa de los padres, dependiendo del lado con el que miremos. Hemos de cuidar mucho lo que decimos, como actuamos y todo aquello que sea susceptible de ser replicado por nuestros retoños. Si quieres leer de nuevo la entrada pincha en el título, aunque lo más importante es que seamos conscientes de que hemos de predicar con el ejemplo y que sin querer nuestros hijos nos pueden mostrar como somos y a partir de aquí modificar nuestros actos.
Aprende como padre
Nos cegamos en ser maestros de nuestros hijos. Intentamos que aprendan de todo, es decir, nosotros somos los que enseñamos y ellos los que deben de absorber el conocimiento que les ofrecemos. En la redacción de hace un año intento que la gente, sobretodo los padres, sean conscientes de que a veces es bueno hacer un intercambio de papeles. Nuestros hijos pueden ayudarnos a que sigamos aprendiendo, lo que pasa es que hemos de ser conscientes de ellos. La cuestión es saber desempeñar ambas facetas, por un lado enseñar, sin olvidar que estamos en continua aprendizaje como padres, pero esto va un poco más allá, ya que muchos de estos aprendizajes pueden ser más profundos de lo que pensamos.
Las padres son, en la mayoría de los casos, culpables de como son sus hijos y esta claro que aprendemos de ello. Y aquí radica la importancia del asunto, en saber sacar todavía más aprendizajes, ser más consciente de todo lo que sucede a nuestro alrededor en el mundo de la paternidad y como nuestros pequeños son un reflejo de lo que ven a su alrededor.
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