Desde hace unas semanas el blog no me funcionaba correctamente y es que hay elementos que escapan a mi control, a esto hay que sumar el desconocimiento y la ignorancia en algunos aspectos informáticos y todo ello ha hecho que la página tardara en cargarse y no podía escribir nuevas entradas ni nada. Pero este no es el caso que nos ocupa, la cuestión es que esta situación me dio para recapacitar sobre lo que puedes aprender gracias a la incertudimbre.
Estamos acostumbrados a intentar tenerlo todo bajo control y que el día o las semanas tengan un orden prefijado, para así no tener que preocuparnos y actuar con piloto automático. Lo que sucede es que cuando viene algo inesperado nos paralizamos y no sabemos como afrontarlo. Nos gusta la planificación previa y que las vida suceda sin sobresaltos, pero sabemos que no es así, por mucho que queramos autoconvencernos.
Lo cierto es que todo es incierto
Este es el aprendizaje que me llevo tras estos 10 días intentando solucionar un problema, donde he tocado muchos palos y no ha sido hasta que me he tranquilizado, me he alejado un poco del problema y me he puesto manos a la obra, reconociendo que la solución estaba en mi, cuando he dado con la solución. Cada día es incierto, no es igual que el anterior y cuando antes aceptemos esto, más sencillo será lidiar con la vda.
No podemos controlar todo lo que hay en nuestro entorno, así que esta es la primera parte incierta, ya que no sabemos lo que nos puede deparar el futuro. Y luego esta la parte que controlamos, pero hemos de ser conscientes que hasta esta puede ser incierta, ya que no sabemos que nos puede ocurrir en este justo instante. No vivimos en una burbuja, estamos expuestos a miles de estímulos, es por ello que hemos de ser muy conscientes de como la incertidumbre habita en cada momento, en cada situación que vivimos, solo así, no nos cogerá por sorpresa y sabremos resarcirnos cuanto antes, ante cualquier imprevisto que suceda.
¿Vives en la incertidumbre? ¿Que es aquello que sabes a ciencia cierta?
Foto: Juan Ramón Rey