La colaboración fue el tema que ocupo los posts de hace un año. En el primero hablo de como este concepto nos ayuda a innovar en nuestro día a día. Y en el segundo hablo sobre dos aspectos a tener en cuenta cuando nos lanzamos a realizar una colaboración. Pincha en cada uno de los títulos para volver a leer la reflexión al completo.
Colaboración para la innovación
La generación de ideas de forma individual es complicada, ya que la mayoría de veces nos vemos salpicados por influencias externas, seamos más o menos conscientes. Buscar el progreso en nuestro día a día, debería ser una acción obligada, ya que se trata de crecer en nuestro fuero interno. La colaboración es un plus, es un empujón, es una ayuda que hace que sigamos hacia adelante. Es la solución para cuando estamos estancados, poner en común nuestro punto de vista, hace que abramos el abanico de posibilidades y que aparezcan nuevas ideas. Gracias a la colaboración logramos innovar, es algo que hemos de tener muy presente.
Cuándo y con quien colaborar
Si tenemos claro que hemos de colaborar, no hemos de olvidar dos puntos clave. El primero es saber cuando es el momento idóneo para ello. Colaborar es una oportunidad que hemos de saber aprovechar, ya que no sólo estamos gastando nuestro tiempo, sino que hacemos participe a otra persona, así que por respeto, no hemos de hacer que pierda su tiempo. El otro punto a tener en cuenta es la persona con la que vamos a colaborar, no todos son validos para crear sinergias. Habrá personas con las que formemos mejor equipo, así que hemos de saber quienes son, para que la colaboración sea lo más fructífera para ambos.
Colaborar es necesario en una sociedad donde internet ha conseguido que no haya barreras y la comunicación está a la orden del día. Así que depende de cada uno de nosotros tomar la decisión de colaborar y luego ser muy consciente de cuando es el momento adecuado y elegir a la persona correspondiente.
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