El camino en familia hay que andarlo

La familia no se elige, nos toca y es que no nacemos donde queremos, con el paso de los años es cuando nos damos cuenta y hemos de aceptar el lugar en el que nos ha tocado naces y poco más podemos hacer. La familia empieza a fundarse cuando dos personas deciden tener descendencia, en mi caso tengo 2 familias, de la que formo parte gracias a mi madre y mi padre; y por otro lado la que he empezado a formar.

El camino en familia no siempre es bonito, el roce, de la misma forma que hace el cariño, también puede hacer rozaduras y muchas veces estas terminan en heridas. Así que hay que saber gestionar muy bien este andadura que dura mucho tiempo y en la que tendremos que lidiar con miles de situaciones diferentes, algunas de nuestro agrado y otras no tanto. Sin embargo, es algo que hay que experimentar, todos en el mundo formamos parte de una familia, la cuestión es si luego quieres formar la tuya, pero esta vivencia todos la hemos pasado en algún momento.

Aunque el título del post va por otra dirección y es que me siento agradecido por poder andar parte del Camino de Santiago con mi primera familia, la más allegada y con la que me he criado, mi madre, mi padre y mi hermana. Con el paso del tiempo, el nacimiento de tus hij@s y las miles de obligaciones que tenemos, es complicado volver al tu origen y disfrutar de un tiempo con esa familia con la creciste y que pasaste tanto tiempo en tu infancia. Me refiero a estar solos los cuatro, como antaño, aunque la diferencia es clara y es que han pasado más de 30 años, ya no somos niños. Me parece curioso, por lo menos intentarlo, volver a revivir esos momentos donde sólo estabas con tus padres, ya que esa relación no desaparece, lo que pasa es que ya no hay tanto apego, no se comparte tanto tiempo y es entonces cuando puedes comparar la situación actual con la de antes y ver como hemos cambiado, tanto unos como otros.

Hay gente que decide andar sólo el camino, ya sea el de Santiago o el de la vida, pero todos tenemos una familia y no está de más intentar rememorar estos recuerdos, ya que siempre podemos aprender algo, sobre todo de nosotros mismos, por que no es lo mismo la familia cuando tienes 9 años, 15, 23 o 39 y darse cuenta de la evolución que hemos tenido cada uno de los miembros es algo muy bonito y que si no le prestamos atención se pierde.

¿Tienes familia? ¿Andas con ella el camino?

Foto: Hernán Piñera


Publicado

en

por

Etiquetas:

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.