Aprovechando que esta semana ha terminado el Tour, voy a escribir sobre un tema que siempre ha llamado mi atención. Habrá muchas personas que se sentirán identificadas, y sino, seguro que conocen a alguien que le ocurre esto. Para empezar decir que el Tour es lo que viene a ser los documentales de la 2, pero en época estival, es decir, encendemos la tele ponemos el canal correspondiente donde retransmiten la carrera, nos ponemos cómodos y en la mayoría de los casos acabamos durmiendo. Unos lo hacen con ese objetivo, otros se resisten porque quieren ver terminar la etapa, pero en el mayor de los casos Morfeo gana la partida. Lo peor de todo es que aquellos que quieren aguantar para ver el final, se duermen a pocos kilómetros de la meta y luego se suelen enfadar consigo mismo por no ser capaces de aguantar. Es una situación que nos suena familiar, ¿verdad?
La siesta
En verano la gente aprovecha para dormir la siesta, todo aquel que puede, y es que después de comer es momento de descansar y más aún cuando las temperaturas son altas en la calle, por lo que hay poco que hacer. Es un momento en el que parece que se pare el mundo. En mi caso valoro la siesta, ya que me gusta despertarme pronto, antes de que el sol empiece a apretar, entonces cuando llegan las horas de la siesta es bueno dejarse llevar y caer en sus redes, ya que un pequeño descanso te vuelve a recargar las pilas para poder llegar al final del día y poder aprovechar la tarde. Si no hubiera siesta tendrías que ir pronto a la cama y en verano da gusto estar por las noches, una vez el sol se ha escondido, para disfrutar de que las temperaturas suelen descender. Así que la siesta en verano parece indispensable. Eso si no hay que pasarse, con 30 minutos ya es suficiente.
No importa
Al final todo pasa por si te importa o no perderte el final de etapa o valoras más el tema de hacer una buena siesta. La cuestión es que no te importe lo que suceda y tener claro cual de los dos es tu objetivo. Muchas veces nos perdemos el final, pero toda la etapa ha merecido la pena, además, la culminas con un buen descanso. Pero te has planteado si prefieres que fuera al revés, es decir, dormir durante toda la etapa y despertarte para ver el final. Cada uno tendrá su opinión, pero creo que hemos de valorar todo el camino recorrido y no pensar sólo en el final y esto puede equipararse con la vida y con los proyectos que tenemos entre manos. Si sabemos bien el objetivo que perseguimos, hemos de dejarnos llevar por lo que suceda, sobretodo disfrutar de lo que vivimos día a día y no dejar todas nuestras esperanzas y expectativas con la meta que pretendemos.
La vida y cualquier proyecto que emprendamos es como el Tour, con sus etapas, diferentes paisajes, variedad de dificultades, competidores, a veces hay que trabajar en equipo, otras te encuentras solo, pero lo primordial es seguir rodando y sabiendo cual es nuestro rol dentro de la carrera. Pero nunca hemos de olvidar disfrutar de cada pedalada.
Foto: mateo sanchis
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