Llega el turno de Esther García, que también la conocí gracias a SOP. Ella fue la encargada de darnos un baño de gong el último día y que fue, para mi, la actividad que más me marco. Durante todo el programa vinieron diferentes personas que trataban varios temas, pero Esther vino para hacernos una sesión, en la que no tenía explicar nada, tan sólo se trataba de disfrutar de la experiencia gracias al sonido de sus gongs. Al principio nos dio una pequeña explicación para entrar en materia y comprender un poco más lo que íbamos a vivir, luego era momento de disfrutar.
Es complicado describir el baño de gong, hay que vivirlo para sentirlo y que cada uno saque sus propias conclusiones. En mi caso, me vino a la mente la ley de vibración y me la acabo de confirmar. Somos movimiento y gracias a los gongs nuestro cuerpo se equilibra, ya que la vibración que emiten es capaz de penetrar en el interior del cuerpo, llegando a las células y a todos nuestros órganos. Es como cuando tamizas algo, es decir, el movimiento que producen los gongs dentro de tu cuerpo va poniendo en su sitio los desordenes que podamos tener, todo se equilibra. Nos comentaba Esther que el sonido del gong recuerda a cuando estamos en el vientre materno, por lo que la experiencia que se realiza con los ojos cerrados, hace que podamos llegar a estados de meditación de forma más sencilla y con menos esfuerzo.
Era mi primera experiencia meditando con sonido en directo y todo gracias a Stand Out Program. Esa actividad me sirvió para ordenar todas las ideas que había ido adquiriendo a lo largo de los días y gracias a ella pude darle forma a la presentación que teníamos que hacer al final del programa. Me dejé llevar totalmente por la experiencia y poco a poco las ideas se iban colocando una tras a otra, todo al compas de la música, visualice todo lo que iba a decir y como lo iba a decir, fue muy gratificante. Además de disfrutar, mi mente estuvo trabajando y luego sólo tuve que plasmar en papel todos los pensamientos que había tenido, preparar un poco la presentación y pulir pequeños detalles, todo sin apenas esfuerzo.
Fue tal el impacto que causo en mi, que cuando salí de SOP, lo primero que le conté a Tania fue el baño de gong que nos brindo Esther. Y lo mejor de todo es que hace una semana pudimos vivir la experiencia juntos en un ambiente privilegiado, en el hotel MasQi, que dispone de una sala donde la acústica es genial para está práctica, además del entorno donde se enclava, por cierto, muy cerca de casa. Una experiencia que recomiendo y que tiene efectos muy saludables para la salud, en mi caso la repetiré más veces y tengo claro quien será la directora de orquesta. Gracias Esther.
Foto: gongsounds