En las entradas de la semana de hace un año, el tema que trate fue la relación de la vulnerabilidad con la resiliencia. En la primera expongo ambas palabras y las bondades de cada una de ellas. Mientras que en el segundo post reflexiono sobre la relación de ambos conceptos y porque se pueden complementar.
Ser vulnerable para ganar en resiliencia
Pincha en el título para leer la reflexión al completo y conocer el significado de ambas palabras. La cuestión es que conocer el origen de esta palabra y saber a ciencia cierta su significado, nos hace utilizar estos conceptos en las situaciones que corresponde. La vulnerabilidad debería formar parte de nuestro día a día, ya que en origen significa posibilidad de ser heridos. No estamos exentos de que suframos algún revés, pero si somos capaces de conocernos y saber cuales son nuestros puntos débiles donde pueden hacernos daño, esto hará que nos hagamos más fuertes. En cuanto a la resiliencia, no hay que confundirla con la fuerza de voluntad para sobreponernos ante una situación desagradable, aquí se trata de saber afrontar estos obstáculos y volver a lo de antes, que es lo que significa en origen este término, no se trata de sobresalir, sino de sobreponernos.
Vulnerable antes que resiliente
Prevenir antes que curar, con esta cita cerraba el post, ya que me servía de resumen de toda la entrada. Cada persona puede ser vulnerable, resiliente, ambas a la vez o ninguna y dependiendo de la forma de ser de cada uno tendremos un porcentaje mayor de vulnerabilidad o resiliencia, aunque lo óptimo sería que hubiera un equilibrio. En mi opinión la vulnerabilidad trata de prevenir, ya que te examinas y ves cuales son tus puntos débiles y a partir de ahí intentas buscar mecanismos de defensa para no ser herido. Mientras que la resiliencia aparece ante una situación desagradable, ya que a partir de aquí es cuando hemos de sobreponernos. Creo que si untamos ambos conceptos e intentamos que formen parte de nosotros, tendremos una vida más feliz, lo que si que es verdad es que hemos de empezar por la vulnerabilidad, para que cuando si llega un momento crítico sepamos levantarnos lo más rápido posible.
La vulnerabilidad y la resiliencia son dos conceptos que mucha gente no conoce en profundidad, los hemos escuchado, pero a veces los confundimos, es por ello que hay que conocerlos para poder asimilarlos e interiorizarlos y así sacar todo su provecho, ya que durante nuestro transcurso por la vida no estamos exentos de ser heridos, ni tampoco de vivir situaciones complicadas de las que nos cueste levantarnos. El primer paso es su conocimiento y luego veremos si tenemos que hacer uso de ellas.
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