Este pasado domingo tuve la oportunidad de participar por primera vez en una constelación familiar, había visto una serie al respecto en Netflix «Mi otra yo», que se centra en esta terapia y que sirve para resolver problemas internos que queramos solucionar, la cuestión es que la situación que vivimos se ve representada por otras personas que no conoces de nada y que guiados por una facilitadora puedes llegar a comprender lo que ocurre. Si quieres saber más busca información al respecto, aunque el hecho de experimentarlo es lo que marca la diferencia.
En esta entrada quería dejar plasmada mi experiencia, ya que cuando lo vives en tus propias carnes es cuando puedes expresar aquello que has sentido. Por si no lo sabes, en las constelaciones familiares hay alguien que constela, que es quien quiere solucionar un bloqueo, esto suele ser lo más frecuente, y por otro lado están los participantes, que son personas que, por decirlo de alguna forma, ayudan a esta persona a que vea con sus propios ojos lo que le ocurre, todo ello conducido por una facilitadora que va seleccionando a cada persona para que haga un papel u otro de los diferentes personajes que hay en la trama, donde se les pregunta sobre ciertos temas que conciernen para la resolución del conflicto, además de repetir algunas frases para que todo vuelva a su sitio. Yo fui uno de los participante y tuve la oportunidad de colaborar en dos de las cuatro constelaciones que hubo esa tarde. Por decirlo de una manera sencilla y cercana, se trata de un pequeño teatro representado por personas anónimas sobre una situación que estas viviendo y quieres resolver.
Y aquí viene lo curioso, hay varias formas de comenzar a representar la situación, ya que la persona que constela puede elegir a la gente que quiera o no, además de reconocer que papel desempeña cada una desde el primer momento, en este caso fue la facilitadora quien hizo la selección y hasta pasado un tiempo nadie sabia quien era quien. Y digo curioso porqué la gente que sale empieza a comportarse de cierta forma, se sitúa en diferentes lugares dependiendo de sus sensaciones y luego responde a las preguntas de la facilitadora sobre como se siente, tanto a nivel físico, como emocional y parece que todo es mágico, ya que no se trata de actores, sino que cada uno expresa lo que siente en ese momento. Luego llega el momento de develar quien es cada uno y entonces es cuando todo se comprende, sobre todo la persona que constela, ya que ve con sus propios ojos la situación y cual es una posible forma de arreglarlo.
Destacar que en esa constelación sólo había dos hombres y uno era yo, parece que el genero masculino es más reacio a este tipo de experiencias, ya que lo importante es abrirse, expresar lo que el cuerpo nos dice y no todos están por la labor. Yo represente el papel del «destino» y también el de un aborto, lo digo para que veamos la complejidad de los papeles que se pueden llegar a desarrollar para resolver ese conflicto interno. Además, no hay que olvidar que aunque no consteles, si estas ahí es por algo y que tu participación en ese preciso momento tiene un mensaje para ti, así que permanecer atento y reflexionar sobre lo vivido es importante para que puedas aprender.
¿Has vivido este tipo de experiencias? ¿Has constelado alguna vez? ¿Escogerías esta terapia para la resolución de conflictos?