Las oportunidades llegan para ser aprovechadas, aunque es muy interesante el saber reconocerlas, pero sobre todo el hecho de poder crearlas o verlas en cualquier situación que se presenta en tu entorno más inmediato. Este fin de semana pasado tuve el privilegio de poder hablar en público y compartir todo el conocimiento adquirido a lo largo de estos años, un acontecimiento que llevaba tiempo en mi mente y que sabía que iba a materializarse más tarde o más pronto, tan sólo era cuestión de tener fe y aprovechar la llegada de ese momento.
Hemos de tener la fe de que las cosas van a suceder de cierta forma, aún así hemos de trabajar en ello, ponernos manos a la obra y aportar todo aquello que podamos para que se haga realidad. Esta fe ha de mantenerse en el tiempo, y no sólo para proyectos de futuro, sino para situaciones del día a día, para que nos demos cuenta de que las cosas pueden suceder como queremos.
Comparto un ejemplo que sucedió durante el evento y que quiero dejar registrado, donde la fe de todos los allí presentes, al final se materializo. La cuestión es que quería llevar unos libros para que la gente que asistiera se lo pudiera llevar, no lo planifique bien, a pesar de tener tiempo de sobra, pero me lo deje para el final y la entrega la hice para que llegará al hotel para esos días. Pero la fecha de entrega era para el lunes, cuando ya no íbamos a estar allí, pero tuve fe, compartí mi deseo de que llegarán, la gente lo verbalizo y al final llegaron con dos días de antelación, lo que significo un estallido de alegría por parte de todo el grupo.

Otro hecho a destacar y que esta muy ligado con la fe, es la intuición, que se basa en confiar en ese primer impulso o señal que nos ofrece nuestro cuerpo, pero que no sabemos dar una explicación, ni argumento para hacerle caso. Para mi charla quise darle un toque de frescura y quería que me dijeran un número y así leer la palabra que fuese, pero al final desestime la idea y hable sobre la palabra que me interesaba, pero no lograba encontrarla, cual fue mi sorpresa cuando pregunte el número de asistentes y este coincidía con la palabra de la cual había decidido hablar. Pura magia, ya que a pesar de ir por otro camino, al final se dieron las cosas como las había pensado, incluso mejor, tan sólo por el hecho de fluir con el momento y sentir.
Dicen que la fe mueve montañas, eso no lo sé cierto, pero lo que si que es verdad es que se pueden llegar a materializar pensamientos, hay que trabajar en ello y a pesar de que no siempre pueden salir como realmente quieres, lo importante es que llegan a manifestarse, lo importante es ir poco a poco afinando la intuición, seguir creyendo y confiar en nosotros. A medida que te vuelves más consciente y crece la fe en ti mismo, todo parece más sencillo a la hora de alcanzarlo.
¿Confías en ti mismo? ¿Qué crédito le das a tu Pistis? ¿Reconoces tu intuición?
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