En la vida solemos recordar aquellos momentos que más impactan en nosotros. Cuando somos pequeños parece que vivimos en una experiencia constante y es que todo nos parece nuevo, pero a medida que vamos creciendo caemos en la rutina y ya nos disfrutamos tanto de experiencias de forma constante, por la que hemos poner nuestra atención y enfoque en vivir una experiencia concreta.
Existen miles de experiencias que cada uno podría contar, pero narraré las mías y que desde hace un tiempo las llevo dentro, ya que han significado un hito por lo que me hicieron sentir o por lo que puedan significar. El hacer puenting o el salto en paracaídas son de las más llamativas, pero también hacer algunas etapas del camino de Santiago con mis padres, sin olvidar otras experiencias más vitales como la paternidad.
Pero en este caso me quiero centrar en esas experiencias que eres conscientes que vas a vivir y que normalmente te apuntas a ella para disfrutarlas y sentir una serie de emociones y sensaciones que de otra forma es complicado que las encuentres. Ahora hay muchos negocios que se centran en el mundo de las experiencias, ya sea una cata de vino, como hacer queso, un retiro de silencio o el bautismo del buceo, por citar alguna que me viene a la mente.
Cada experiencia de por sí ya es muy nutritiva y llamativa, pero considero que los detalles, los pequeños detalles, son los que marcan la diferencia, ya que el poder sorprender a las personas con algo que no se esperan, hace un pequeño shock en el cuerpo, y esa emoción se impregna en nosotros y se convierte en un recuerdo que viene una y otra vez a nuestra mente.
Los pequeños detalles son los que en principio pasan desapercibidos, pero que si no estuvieran los echarías en falta. Los pequeños detalles no solo suman, sino que muchas veces multiplican la experiencia, por esos hay que cuidarlos tanto, ya que pueden hacer que una experiencia se magnifique.
Existen miles de detalles que podemos perfeccionar en cualquier experiencia, por lo que hemos de mantener todos los sentidos a flor de piel para ver con cuales podemos sorprender a la audiencia. La empatía es un factor imprescindible para ello, además de contar con una perfecta planificación y tranquilidad para ponerle el foco a los pequeños detalles, ya que solo estos funcionan cuando todo lo demás esta completo.
Los pequeños detalles suman, nunca son el grueso de la experiencia, así que han de aparecer a escena cuando ya lo tenemos todo claro. No pueden ser nuestro punto fuerte, ya que como he dicho pueden pasar desapercibidos sin más.
¿Cual es la última experiencia que destacarías? ¿Hubo algún detalle que te llamo la atención? ¿Qué opinas de los pequeños detalles?
Foto: Jaime Villaseca