En el post anterior hablaba de el hecho de empezar por terminar, un consejo que parece fácil, sin embargo del «dicho al hecho hay un trecho». Y por ello me decido a hablar sobre ese momento donde pones punto y final a una situación.
Sin darte cuenta empiezas
La mayoría de veces cuando empezamos algo, ya sea un hábito, relación o situación, no somos conscientes de ello, además nos dejamos llevar por la novedad del asunto, ya que no sabemos lo que nos deparará el futuro, por ello nos centramos más en vivir el presente y dejar que el futuro nos sorprenda. Empezar es más fácil que acabar, y aunque seamos conscientes de aquellas acciones que queremos llevar a cabo, estas siempre se envuelven en un aura de misterio que nos embriaga para seguir realizándola, sin detenernos a pensar en sus consecuencias, simplemente nos dejamos llevar por la vivencias.
Punto y final, aquí viene el problema
No importa lo que sea aquello que queramos terminar, es una decisión más que complicada, ya que debido a la experiencia somos conscientes de lo que dejamos atrás y por ello muchas veces preferimos continuar en vez de poner el punto y final. Todo tiene un ciclo de vida, lo malo es cuando nosotros somos el sujeto que se encarga de ejecutar el final. Y lo más complicado es cuando dichas acciones implican a otras personas, ya que si se trata de un hábito, como puede ser el fumar, nosotros somos el único receptor de sus consecuencias. Pero si hablamos de una relación, aquí es donde aparecen los problemas, dilemas morales y demás quebraderos de cabeza. No soy quien para aconsejar, pero en estas situaciones hemos de poner a trabajar a nuestro cerebro y darle vueltas a las cosas; y aunque suene duro, hemos de ser un poco egoístas y pensar en que es lo mejor para nosotros mismos, aunque sin querer dañemos a personas que queramos. A lo largo del tiempo valoraremos esta decisión positivamente, incluso nos preguntaremos el porqué de no haberla hecho con anterioridad.
Hay que ser valiente y aceptar que esta resolución va a implicar cambios y sobretodo ser consciente de ello. Esta es la única manera para ejecutar el punto y final de algo. Y si en un futuro esta acción vuelve a nuestra vida ya nos plantearemos si la aceptamos o no. O sea, al igual que somos capaces de iniciar algo, hemos de saber que terminar significa el comienzo de algo nuevo, así que no tengamos miedo, aunque recuerda ser muy consciente de la decisión que tomas y sobretodo no lamentarse.
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