Muchas veces la vida nos da un pequeño revés que no esperábamos, junto en este momento es cuando se rompen nuestros esquemas y se produce un pequeño o gran cambio, esto ya depende de cada uno. Lo que es verdad es que nuestra mente entra en funcionamiento, es como si despertáramos de un largo letargo. Nos cuestionamos todo lo que ocurre a nuestro alrededor, tenemos un punto de vista diferente y se modifica de alguna forma nuestra escala de valores.
Asúmelo
Es bueno ser consciente de este cambio, es decir, comprender el porqué de esta transformación y asimilarlo de la mejor forma posible. Mucha gente inconscientemente ha vivido esta experiencia y no se ha percatado de ello, a lo mejor tu eres uno de ellos. Lo que pasa es que es mucho más fácil verlo desde fuera, seguro que hay alguien que te ha venido a la mente a medida que has ido leyendo. Nuestro grupo más cercano es el primero en darse cuenta de la modificación y si de verdad nos aprecian serán capaces de hablar con nosotros, haciéndonos ver y comprender la nueva realidad. Es una situación complicada con la que saber lidiar, en la que no importa en que parte que te encuentres. Si eres el que has cambiado deja que actúen aquellos que te quieran ayudar, no te encierres en ti mismo, respeta y escucha la opinión de tus más allegados. Por contra, si eres el observador del cambio exprésate de la mejor forma posible, aunque no te quieran escuchar, por lo menos inténtalo.
Situaciones que promueven el cambio:
- Muerte de un familiar o amigo
- Una experiencia cercana a la muerte
- Un desamor
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Otras situaciones que chocan fuertemente en tu interior.
En mi opinión estas son las vivencias que más nos sacuden por dentro y hacen que nos replanteemos la vida. El fallecimiento de alguien cercano es una de las experiencias más reveladoras, ya que nos hace ver la verdadera importancia de la vida. De la misma forma ocurre con aquellas situaciones cercanas a la muerte, como puede ser un accidente, a partir de aquí el valor de la vida cambia.
El amor, otro tema que nos lleva a sentir fuertes emociones que hemos de saber controlar. En la etapa del enamoramiento todo es bonito y los cambios que se producen no nos importan, pero es tras una rúptura cuando nuestra mente se bloquea. Al principio nos cuesta evadirnos de la situación, pero una vez superada es cuando la metamorfosis hace acto de presencia.
La última opción es la más personal y cada uno sabrá que situación le ha hecho reflexionar, hay infinidad de posibilidades, ya que a partir de una película, un documental, la lectura de un libro, la conversación con alguien, un viaje… Todas ellas pueden hacer que se nos despierte algo en nuestro interior y nos haga cuestionar nuestros valores.
Hay que estar tranquilos ya que el hecho de cambiar es normal, la vida cambia y nosotros con ella. Sin embargo, lo importante es que seamos coherentes con nosotros mismos y sepamos progresar.
Los cambios bruscos son los que más llaman la atención, así que intenta suavizarlos para que no sean tan visibles. Aunque sino puedes hacer nada por remediarlo, acepta que al igual que tu cambias tu relación con los demás se ve afectada, así que anticípate y visualiza posibles situaciones futuras y que no te pillen por sorpresa.

¿Conoces a alguien que ha cambiado? ¿Has sido el tu el que ha cambiado? ¿Te has dado cuenta?
Foto: corrine klug
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