Cuando decides tener un segundo hijo, no sabes como será la cosa, aunque siempre sin querer comparas con el antecesor y este es el primer error, ya que cada uno es autentico a su manera, por lo que no hay que tratarlos por igual. En nuestro caso nos salió la chica y así ya teníamos la parejita y podíamos disfrutar de una paternidad experimentando lo que es tener un niño y una niña, algo de lo que me alegro un montón. De esto ya han pasado 5 años y el carácter de esta muchachita, que cumplía años en el día de hoy, es una de sus señas de identidad y si hay una palabra para definirla es Intensidad.
Es una niña muy intensa, tanto en un lado como en otro, así se produce un buen equilibrio, en el que gracias a ellas puedes transitar ambos límites, reconocerlos y aprender todo lo que ofrecen, este podría ser uno de los primeros aprendizajes que puedo extraer y destacar de Olivia. Esta pequeña maestra me hace experimentar sensaciones a las que no estoy acostumbrado, donde la reacción es el primer impulso que me viene y que suele ser el acto equivocado. Gracias a ella he podido aprender a saber parar, a encontrar ese pequeño espacio de tiempo para decidir cual es la mejor opción y no dejarme llevar por lo primero que me nace hacer. Esto en lo que se refiere a cuando se comporta de una manera, que en otras ocasiones me sacaría de mis casillas.
Luego esta la parte más linda y agradable, ya que es muy cariñosa, sabe enseguida hacerte sentir bien con un abrazo, un beso o bonitas palabras que le salen sin más. Lo que sucede es que pasa de la noche al día en un instante, su intensidad se traslada de un extremo a otro con mucha facilidad, lo que me descoloca y he de saber actuar de forma rápida, pero siempre con la paciencia y la calma que he ido adquiriendo gracias a este tipo de situaciones.
Feliz cumpleaños, a seguir cumpliendo y que yo pueda seguir aprendiendo todo lo que tienes que ofrecerme.
Deja una respuesta