Cuando pensamos sobre la muerte, tendemos a tener pensamientos negativos, no nos agradan las sensaciones que percibimos, pero hay una paradoja existente y es que cuando de verdad somos conscientes de lo que sentimos, luego aparece un sentimiento de paz, de alegría, de ganas de vivir. El hecho es que hemos transitado uno de los extremos, en este caso la muerte y luego para equilibrarnos, nos vamos al lado opuesto, donde vivir y todo lo que conlleva se hace mucho más presente.
Experiencia con la muerte
La cuestión es que vivir una situación cercana a la muerte parece ser que nos hace abrir los ojos y observamos de otra manera el mundo que nos rodea y todo lo que sucede en él. El hecho de tener un accidente, sufrir una enfermedad como el cáncer y salir de él o ver en nuestro entorno como la parca hace acto de presencia, son situaciones que generan un cambio de comportamiento y de relación con la vida. Es en estas situaciones donde la muerte decide darnos un pequeño abrazo, ya que se acerca tanto a nosotros que somos capaces de percibirla y como consecuencia nos transmite unas ganas de vivir increíbles. Todos tenemos algún ejemplo cercano o incluso propio de que esto es así, ya que el ver a la muerte de cerca, nos hace percibir la vida con otra perspectiva, donde somos conscientes de valorar cada segundo que pasa y no desperdiciarlo, además de evaluar de manera diferente lo que sucede en nuestro entorno y dar importancia a lo que de verdad lo merece.
Hemos de aprender a convivir con la muerte, ya que está se acerca cada vez más, aunque siempre está presente y hay veces en las que se hace muy visible. Pero con el paso del tiempo, nuestro entorno se vuelve más proclive a tener una relación con la parca, ya que nos volvemos más conscientes de ella y sin querer nos generamos un miedo ante ella, pero de nada sirve temerla, ya que lo hagamos o no lo hagamos acabará por llegar.
¿Has tenido alguna experiencia cercana a la muerte? ¿Qué es lo que cambio a partir de ahí?
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