Apreciar lo sutil de la paja sin olvidarse de lo más pesado de la viga

La famosa cita de ver la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el nuestro, tiene dos aspectos que tenemos que saber diferenciar. El primero, que ya comente en el anterior post, era sobre donde ponemos nuestra atención, ya que normalmente nos fijamos en los demás y nos damos cuenta de sus fallas, pero no de las nuestras, que normalmente suelen ser de mayor calibre.

Así que ahora es momento de conocer el otro aspecto clave de esta frase, ya que hay una diferencia clara entre la paja y la viga, una es liviana, mientras que la otra es pesada. Pero cuando hacemos comparaciones o nos da por juzgar a los demás, esto es algo muy subjetivo, así que lo que para uno puede ser paja, para otro es viga, y viceversa. Cada uno ha de reconocer sus fallos, y si quiere los de los demás, pero los que de verdad interesan y sean importantes, es aquí donde hemos de saber evaluar muy bien estos errores y darles el peso que les corresponda.

Por continuar con el símil y tener claro cual sería el camino a recorrer para así eliminar desde las vigas a toda la paja que tengamos, la idea es que primero hemos de deshacernos de lo más pesado, de todas esas vigas que entorpecen nuestras vidas y luego poco a poco ir quitando toda la paja para dejar nuestros ojos lo más limpios y liberados. Las vigas son lo que más cuesta, pero con un poco de empeño y esfuerzo no desharemos de ellas, a partir de aquí ya hemos entrado en la inercia de quitar todo aquello que nos sobra y si empezamos por lo más pesado, luego será mucho más sencillo hacer lo mismo con lo más liviano, en este caso la paja.

No obstante, hay que tener en cuenta un detalle y es que tanto la viga como la paja han de desaparecer, así que pongamos el mismo énfasis y energía en ambas tareas. La pesadez de la viga y lo sutil de la paja pueden tener efectos muy parecidos a la hora de seguir progresando como seres humanos. A veces lo más pesado puede ser más sencillo de eliminar, que aquellos pequeños detalles que pasan desapercibidos, aunque los efectos no tienen porque estar a la par. Esto ocurre porqué es mucho más fácil de observar y enseguida nos ponemos con ello, mientras que lo más sutil cuesta de apreciar y no le damos la importancia que merece por el simple hecho de ser tan pequeño. Sin embargo, lo que importa son las consecuencias de estos cambios y cabe destacar que a veces en los pequeños detalles es donde se observa la diferencia más grande, mientras que en cambios muy llamativos los efectos a penas se perciben.

Valora muy bien la paja y la viga y trabaja con el mismo empeño en su desaparición para luego se consciente de los cambios que has cosechado con este tipo de acciones que has llevado a cabo.

¿Ves la viga en tu ojo? ¿Y la paja? ¿Haces algo para eliminarlas?

Foto: Jerry S.


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