Dos refranes fueron los protagonistas de las entradas de la semana de hace un año, donde el bien y el mal hacen acto de presencia. Son dos frases que seguro que hemos escuchado alguna vez, incluso las hemos utilizado, pero que a lo mejor no somos conscientes de lo que de verdad significan. Pincha en el título de cada uno para volver a leer la reflexión al completo y es posible que cambie tu punto de vista sobre ellos.
Más vale malo conocido que bueno por conocer
Este refrán es muy utilizado, sin embargo, considero que se ha convertido en una excusa para no seguir avanzando y adentrarse en lo desconocido. El punto de vista que tomamos ante cualquier situación dice mucho de nuestra forma de ser y este refrán es de gente conformista, que prefiere quedarse como esta, antes que arriesgarse y evolucionar en la vida. Está claro que no podemos conocer el futuro, pero la cuestión es si queremos avanzar y sobrepasar límites haciendo conocido lo desconocido o preferimos ser conservadores y vivir la misma situación, a pesar de que ya sabemos que no es tan buena como quisiéramos. Otro aspecto a destacar es que el hecho de categorizar algo como bueno o malo es muy subjetivo, por lo que este refrán no siempre será acertado.
No hay mal que por bien no venga
Aquí tenemos otro refrán donde los adjetivos bien y mal vuelven a la palestra, otra vez volvemos a categorizar lo que sucede en nuestra vida y esto es algo que cuesta remediar, así que hemos de saber convivir con ello. La intención que le damos a esta frase dice mucho de lo que queremos expresar y es que en la mayoría de los casos parece como una frase vacía para convencernos de que si sufrimos algún mal este será recompensado con algo bueno. Usamos este refrán para dar una pequeña esperanza cuando vivimos un episodio desagradable, esperando que lago bueno vendrá después, pero hemos de saber dar la vuelta a esta frase, ya que lo interesante es poder aprender de cualquier experiencia y de la misma forma que nos damos cuenta que algo es negativo, hemos de aprender a encontrar la parte positiva.

Estos dos refranes, donde etiquetamos lo que sucede entre el bien y el mal, no suelen aportar nada positivo, ya que el hecho de hacer esta diferencia nos condiciona a la hora de enfrentarnos a cualquier situación. Las experiencias son neutras y cada uno de nosotros les damos el valor que queremos, por ello hemos de intentar alejarnos de estas etiquetas y centrarnos en lo que podemos aprender de ellas. Otro aspecto a destacar es que la ley de polaridad nos dice que todo tiene dos asas, por lo que siempre se oscila entre dos puntos, depende de nosotros elegir entre uno y otro, además de tener en cuenta la ley del ritmo, donde la vida es cambio y se mueve entre los puntos antes citados, por lo que todo no siempre es bueno, ni malo, sino que se va moviendo entre ellos.
Deja una respuesta