Implicarse sin explicación para explicar con implicación

Dos conceptos fueron los protagonistas de las entradas de la semana de hace un año, la implicación y la explicación que comparten raíz, me hicieron reflexionar sobre la importancia de cada uno de ellos. En cada uno de los posts hago un pequeño juego de palabras, donde saco a relucir los aspectos a tener en cuenta con la combinación de estas palabras. Pincha en cada uno de los títulos para volver a leer la reflexión al completo.

Sin explicación. Con implicación

En este post empiezo por conocer la definición de ambos términos que comparten raíz y solo se diferencian por su prefijo. Si tuviera que resumir de forma rápida estos dos conceptos, la implicación es la experiencia y las palabras son la explicación, donde la primera es más primordial, ya que a partir de vivir de cerca la experiencia, será mucho más fácil dar explicaciones al respecto si es que así se requiere. Así que el título es más que acertado, ya que hay que intentar evitar las explicaciones y nada mejor que implicarse a tope para que gracias a nuestras acciones no hagan falta las palabras, tan sólo viendo lo que hacemos, demostramos hasta donde estamos implicados.

Implicarse para explicar

Continuando con estos conceptos, profundizo un poco más y doy a conocer la etimología de ambos, donde en un principio pueden parecer antónimos, pero la cuestión es que son palabras que se usan para ámbitos y escenarios muy diferentes. Lo único que comparten, a parte de la raíz, es que la implicación favorece la explicación, es el nexo de unión que encuentro entre ellos, por lo demás no suelen asociarse. La raíz viene de la palabra pliegue, en un caso hemos de adentrarnos en esos pliegues para conocer el máximo posible de información sobre cualquier situación, mientras que a la hora de explicar, se trata de deshacer esos pliegues para que la gente pueda comprender el tema en cuestión.

Dos palabras que usamos de forma corriente, pero que dependiendo de cual sea la que más forma parte de nuestra vida, dirá mucho de nuestra forma de actuar ante todo aquello que nos presenta la vida. Las explicaciones aparecen muchas veces sin querer, pero nos damos cuenta de la importancia de la implicación para que las explicaciones sean mucho más certeras. Ahora es momento de recapacitar sobre si somos más del club de la implicación o de la explicación.


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