La confianza y aprendizaje constante cuando vas a por esclatasangs

La experiencia de ir en búsqueda de esclatasangs, níscalos y todo lo que paso por mi mente en esos momentos son las reflexiones que se ven escritas en los posts de la semana de hace un año. En el primero hablo de mi experiencia en la recolección de estos alimentos. Mientras que en el segundo post reflexiono sobre los aprendizajes que se ofrecen mientras realizas esta actividad. Pincha en cada uno de los títulos si quieres conocer la reflexión al completo.

Confianza y constancia para encontrar esclatasangs

Desde pequeño me ha gustado ir en búsqueda de alimentos salvajes, mejor dicho, que puedes encontrar por tu propio pie, así de pequeños eran las almendras o las moras, pero de bien mayor han sido los champiñones y las setas. La cuestión es que han tenido que pasar muchos años para que la recolecta sea satisfactoria, incluso que pueda ir sólo a su encuentra y no me vuelva a casa con las manos vacías. Los frutos llegan, pero a veces hay que saber esperar, a mi lo que más me ha ayudad ha sido la confianza en saber que al final terminaría por encontrarlos y la constancia de seguir yendo a su encuentro aunque a veces no obtenía el resultado deseado. Pero al final todo llega y se aprende, pero todo no llega de la noche a la mañana sino que hay que ser paciente para ver los resultados y beneficiarse de la recompensa. No es que sea el mejor recolector de esclatasangs, pero ahora por lo menos soy consciente de lo que hago y tengo claro que valgo por mi mismo para ir cuando quiera y así disfrutar de estos manjares en mi casa.

Arriba y abajo mientras encuentras aprendizajes buscando setas

Soy muy consciente de todo lo que hago, pero sobre todo me gusta sacar aprendizajes de cada experiencia que vivo por nimia, ridícula o rutinaria que parezca. Tengo muy claro que de todo se puede aprender, de cada momento, de cada situación, aunque ya la hayas vivido. En el caso de ir a la montaña en búsqueda de setas, níscalos, esclatasangs o como le quieras llamar, siempre te ofrece un pequeño conocimiento que se convierte en aprendizaje, pero la cuestión es permanecer atento a ello. En la montaña has de saber muy bien aquello que te propones encontrar, has de reconocer el terreno y en el caso de los níscalos has de tener una atención plena para que no se te escape ningún mínimo detalle. En este post también resalto la diferencia entre ir solo o acompañado, en el primer caso aprendes a la fuerza y parece que lo interiorizas todo mucho más, mientras que cuando vas acompañado, la sinergia que se crea entre el grupo hace que tengas más aprendizajes al alcance de tu mano, ya que los demás te brindan su experiencia de la que también hay que saber aprender. Al final lo que importa es que te lleves a tu casa algo, por lo menos aprendizajes, pero para ello es importante tenerlo prensete.

La naturaleza te brinda mucho, la cuestión es sacar provecho de ello, conocerla, respetarla, habitarla, visitarla. Vivo en una zona privilegiada, donde además tenemos la opción de encontrar níscalos, pero que no son tan abundantes como en otras zonas de España, como Teruel, Guadalajara o Cuenca, por lo que estos alimentos están mucho más valorizados y es que su sabor difiere bastante. Hay menos cantidad, pero la calidad también es diferente. Lo bonito es que una actividad tan sencilla como ir a la montaña en búsqueda de este alimento, te proporciona tanto, caminar, respirar aire puro, encontrar lo que quieres y si encima vas acompañado pues mejor, eso si, sin olvidar todo lo que se aprende.


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