En las entradas de la semana de hace un año hubo dos conceptos que fueron los protagonistas, se parecen verbalmente y podrían ser antónimos, pero vamos a conocerlos. En la primera ofrezco el origen y significado de estas palabras para entender sus semejanzas. Mientras que en la segunda
Lo exultante de insultar
Estos dos conceptos no solemos relacionarlos, ya que se utilizan en diferentes contextos, por lo que no vemos sus semejanzas. En esta entrada revelo que vienen de la misma raíz, lo que nos da un mejor entendimiento de ambos conceptos. El hecho de ir poco a poco profundizando en el origen de las palabras, hace que detectes la similitud de conceptos que en antes no había considerado. La cuestión es que con el paso del tiempo, las palabras tienden a usarse en un contexto o situación concreta, y por ello sucede que haya palabras que aunque vengan de la misma raíz terminen por utilizarse en ámbitos totalmente diferentes y por lo tanto nos cueste observar esta unión. Así que me alegra observar como pude reconocer que exultante e insultar comparten su origen, pero que luego su significado difiere bastante.
La intención a la hora de insultar o estar exultante
En esta entrada pongo todo el foco en la intención que ponemos a la hora de que aparezcan estos conceptos. En estas situaciones siempre hay un emisor y un receptor, así que tenemos que tener muy en cuenta el propósito de quien lo dice, pero también de quien lo recibe, sobre todo en el caso del insulto, ya que existen todo tipo de escenarios y posibilidades diferentes, donde depende mucho del rol que tenga cada uno. Se puede insultar con intención o sin querer, pero también es posible que aquella persona que reciba el insulto no le duela o si. Depende mucho de si somos el que insulta o el insultado, pero en ambos casos, la mejor opción es no ofender y no sentirse ofendidos. Con la palabra exultante sucede algo parecido, y es que nos podemos mostrar así, pero son los otros quienes han de reconocerlo, es por ello que vuelven a surgir las mismas posibilidades, del que se muestra exultante sin querer o con esa atención y de la gente que lo ve o no.

Dos conceptos muy interesantes y que cuando profundizamos en ellos nos damos cuenta de la importancia del grado de implicación dependiendo del lado que nos encontremos, pero también del propósito de la acción. En cada situación hemos de tener claro todos los elementos que conforman ese escenario, y nuestra mente es tiene un papel muy especial, ya que a partir de ella formamos nuestra opinión y a partir de ahí nuestra reacción.
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