Primero me gustaría conocer el origen de la palabra familia y es que su significado está arraigado en nuestro subconsciente, por lo que a veces nos puede jugar malas pasadas sino sabemos lo que de verdad significa.
La palabra familia viene del latín, que se deriva de famulus y su significado es sirviente o esclavo, es un término que se empieza a designar en Roma, refiriéndose a «el conjunto de esclavos pertenecientes a una casa». La cuestión es que también hay que saber que familia se vincula con a la raíz fames (hambre), lo que viene a decirnos que se trata de «el conjunto de personas que se alimentan juntas en una casa», sin tener en cuenta si estos familiares eran sirvientes o consanguíneos. De esta forma vemos que en Roma se empezo a usar de una forma la palabra familia, pero con el paso del tiempo su significado ha ido cambiando y es que ahora ya no hay esclavos, por lo que las personas que comen juntas en casa son familiares de sangre.
Después de esta pequeña historia, hay que darse cuenta que muchas veces podemos ser esclavos de nuestras familias, ya que nos sentimos arraigados a ellas y nos cuesta desprendernos de todo lo vivido con ellos. Con la familia convivimos desde bien pequeños, aunque con el paso del tiempo podemos cambiar, pero el hecho de hacerlo en el nucleo familiar cuesta más, ya que el cambio es más significativo por lo que muchas veces nos censuramos y no progresamos por el miedo al que dirán.
Es por ello que hemos de hacer caso al título del post, ya que muchas veces ese miedo al cambio nos hace alejarnos de nuestras familias y desde la distancia es más sencillo seguir caminando solos sin ninguna perturbación y cuando volvemos los demás no tienen más opción que aceptarnos, aunque a veces esta opción es arriesgada, ya que se produce un encuentro fortuito entre el pasado y el presente y no siempre es bien aceptado. Por ello abogo por hacer participe a la familia de esos cambios que se van produciendo en nuestro fuero interno con el paso del tiempo y que no hemos de temer por el que dirán, sino que el hecho de transitarlos de manera conjunta, hacen que puedan entender mejor todo el proceso.

La familia es un activo fundamental en la vida de todo ser humano y nos condiciona más de lo que pensamos, aunque la cuestión es abrirnos sin miedo y mostrar como somos. El problema es que es una tarea que cuesta de realizar, sobre todo con gente de confianza, ya que nos han conocido de una forma y parece ser que los cambios no siempre son bienvenidos, por lo que hemos de trabajar la aceptación mediante el esfuerzo entre ambas partes, donde el respeto juego un papel fundamental.
No hay que temer en expresar lo que de verdad sentimos y lo que nos gusta hacer, la solución pasa por encontrar ese término medio donde todos estén contentos y que cada uno se pueda expresar tal y como es. Como ejemplo, decir que este fin de semana, con la excusa de realizar un duatlón por equipos con un amigo, pudimos hacer una escapada con la familia, pisar la nieve, cambiar de aires y a la vez estar juntos mientras yo disfrutaba de uno de mis hobbies y con un entorno diferente y privilegiado.
¿Te frena o te impulsa tu familia? ¿Cuando te has alejado de tu familia? ¿Reconoces el porqué lo hiciste?
Foto: Pablo Cid
Deja una respuesta