Terapeuta, guerrero, escudero.

La relación entre las palabras que dan origen al título de este post, son el contenido que desgloso en las entradas de la semana de hace un año. En la primera doy a conocer la etimología de la palabra terapeuta y a partir de ahí reflexiono. Mientras que en el segundo post hablo de la relación entre el terapeuta y el paciente que acude para encontrar una solución.

El terapeuta del guerrero

La terapia es algo que todo el mundo debería de experimentar en algún momento de su vida y la verdad es que todos hemos pasado por ahí, aunque muchas veces no hemos sido conscientes de ello y tampoco hace falta haber pasado por un profesional en la materia para haber realizado terapia. Somos seres sociales y necesitamos relacionarnos con los demás, y en muchos casos la solución de problemas, debe ser tratada con otros para que estos puedan ser resueltos, ya que alguien en soledad puede limitarse y no saber ver más allá. El terapeuta es el escudero, así lo dice la etimología de la palabra, y es que a veces en nuestro caminar del guerrero, precisamos de alguien que nos acompañe y que en momentos puntuales nos presta su ayuda, punto de vista o lo que sea para que podamos seguir avanzando.

Como ser escudero

En este post reflexiono sobre la interacción que se produce en cada comunicación, ya que siempre tenemos a un emisor y en receptor, uno que tiene algo que decir y otro que escucha. Si esto lo relacionamos con el mundo da la terapia, lo vemos más claro y es que hay gente que necesita expresar lo que tiene dentro, pero debe haber alguien al otro lado que lo escuche. Por lo general nos gusta más hablar que escuchar, así que a mi me gustaría formar parte del bando minoritario, sin embargo, tengo claro que para llegar a ser un buen receptor, he de trabajar desde el otro lado, sabiendo como expresarme, para luego poder escuchar mucho mejor. Cuando compartimos nuestras reflexiones internas o aquello que nos preocupa, es más sencillo entenderlo, ya que por una lado ponemos en palabras lo que pensamos y por otro, el compartirlo con otros, hace que podamos ver otros puntos de vista.

La terapia es algo que hemos de ver como positivo y necesario para seguir evolucionando, ya que podemos pensar que somos capaces de solucionarlo todo por nosotros mismos, pero si nos dejamos apoyar por alguien, veremos que el camino es mucho más sencillo y es que compartir es vivir y en este caso lo vemos muy claro, ya que el hecho de expresar lo que sentimos, nos hace vivir mucho mejor.


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