En las entradas de la semana de hace un año, los hijos y la paternidad fueron el eje central. En la primera hablo sobre como un hijo se puede convertir en uno de tus mejores maestros. Mientras que en el segundo hablo sobre la idea de tenernos en cuenta a pesar de las obligaciones que adquirimos como padre.
6 años del maestro del aprendizaje
Nuestros hijos, sobre todo cuando son pequeños, son seres humanos con los que pasamos mucho tiempo y a los que dedicamos horas de observación, así que si sabemos apreciar su comportamiento, nos daremos cuenta que tenemos mucho que aprender de ellos. SI pinchas en el título te darás cuenta que el post va dedicado a mi hijo que ese día cumplía los 6 años y es que gracias a él he podido conocerme un poco más, ya que su forma de actuar muchas veces es un reflejo mío, y al verlo, me vuelvo más consciente de mis actos, lo que me hace progresar y querer cambiar para mostrar una mejor versión de mi mismo.
No te olvides de ti cuando tengas hijos
El nacimiento de un nuevo miembro en la familia, sobre todo el primero, hace que te olvides de todo lo que sucede a tu alrededor y te centres en la novedad. En este post doy un pequeño aviso, de que hemos de saber adaptarnos a esta nueva situación, pero para ello hemos de saber conservar lo que ya tenemos, la pareja, nuestro entorno y algo todavía más importante, nosotros mismos. Mucha gente se olvida de que existe y esta para los demás pero no para él, sin darse cuenta de que esto puede ser perjudicial para todos, ya que si uno es feliz consigo mismo, entonces podrá ofrecer su mejor versión a los demás, es por ello que no hemos de abandonarnos.
La paternidad nos cambia a todos, en mi caso ya son 7 años de experiencia y cada día aprendo un poco más, pero como cito en el segundo párrafo, es de suma importancia mantener el cuidado de uno mismo, ya que esta es la mejor forma de poder estar al 100% para cuando tus hijos te necesiten, ya que si eres feliz por dentro lo demostrarás en el exterior.
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