La recompensa, o gratificación, fue el personaje principal de las entradas de la semana de hace un año. En la primera reflexiono sobre la costumbre adquirida de que cuando nos hemos ganado algo lo queremos aquí y ahora, no sabemos esperar. Mientras que en la segunda, profundizo sobre las consecuencias de que obtengamos una recompensa tan rápida y todo lo que ello conlleva.
Gratificación instantánea
Vivimos en la sociedad del aquí y ahora, a penas disponemos de un tiempo de espera para recibir esa gratificación que nos hemos ganado, pero ese tiempo nos lo tenemos que dar nosotros mismos, hemos de ser conscientes a la hora de saborear cada momento y la espera es un instante que vale la pena disfrutar. La cuestión es que no sabemos darnos esa pausa, hacemos algo, obtenemos la recompensa y a otra cosa mariposa. Todo esto lo único que hace es acelerar el tiempo y no ser conscientes de lo que vivimos a cada momento. Pincha en el título para volver a leer la entrada al completo, aunque lo más importante es que «lo bueno se hace esperar», pero has de saber esperar.
Gratificación para hoy, más ganas para mañana
La gente siempre quiere más, ya sea en cantidad o en calidad. Y en el ámbito de las recompensas no iba a ser muy diferente. Tras una acción obtenemos una gratificación inmediata, el problema es que la siguiente vez, querremos o que sea más rápida o que sea mayor. A lo bueno todos nos acostumbramos, el problema de las gratificaciones es que ponemos el foco en la meta y no en el camino que nos ha costado alcanzarla. Hay una cita que va muy acorde, si quieres conocerla pincha en el título y de paso vuelve a leer la reflexión. El tema pasa por saber hacer una pausa antes de obtener la recompensa, un tiempo que nos servirá para evaluar lo vivido y como lo hemos logrado, además esto hará que saboreemos mucho más el resultado.
A todos nos gusta vernos gratificados por algo que hemos hecho, la cuestión pasa por saber cuanto hemos de esperar para recibir dicha recompensa. Ni tan bueno es que sea al momento, como que se demore en el tiempo. Como siempre digo, hay que buscar el equilibrio, es ahí donde sacaremos el máximo valor.