En las entradas de la semana de hace un año, la palabra simple fue la protagonista. En el primero reflexiono sobre establecer la diferencia entre lo complicado y lo simple. Mientras que en el segundo destaco cinco puntos muy simples que es bueno tener presentes para enfrentarnos a la vida y olvidar su complejidad.
Lo complicado de ver lo simple
Cada uno es dueño de su tiempo y de sus acciones, pero también de como valoramos las cosas. La vida se puede ver desde diferentes prismas, pero este lo elegimos nosotros. Entre lo complicado y lo simple hay un pequeño paso, y este pasa por la decisión y mentalidad que tomamos para enfrentarnos a la vida. Lo primero y más importante es diferenciar entre estos dos aspectos y una vez los tengamos claros, hay que decantarse por la simpleza y empezar a abandonar lo complicado. Lo que más le cuesta a las personas, es darse cuenta que ellos mismos son los culpables de que todo lo que sucede a su alrededor se complique y a la vez no entienden que ellos tienen la solución en sus manos. Pincha en el título de para volver a leer la reflexión al completo, te ayudará a simplificar tu vida y vivir mucho más feliz.
Comprende lo simple
En este post dejo 5 puntos que tratan sobre temas muy simples, que muy posiblemente, te ayudarán a no complicarte tanto la existencia. Has de reflexionar sobre ellos y profundizar en aquellos que consideres más importantes para ti, ya que a simple vista son muy sencillos, pero cuesta interiorizarlos para que de verdad nos aporten el valor que tienen. Sólo destacaré le primero de ellos, el resto los puedes conocer pinchando en el título. Respirar, ese acto que hacemos de forma automática y que pocas veces somos conscientes de él, ya que está acción la realizamos alrededor de 21.000 veces al día, pero a penas podemos contabilizar las que somos conscientes. Algo tan simple y que no tiene ninguna complicación. El resto de puntos te dejo que los conozcas por ti mismo.
En lo simple se encuentra la belleza de las cosas, pero nos equivocamos al intentar buscar más allá, sin a penas comprender lo que tenemos delante. Si no somos capaces de comprender lo simple, ¿por qué buscamos lo complicado? Es aquí donde reside el quid de la cuestión sobre como cada uno se complica la vida por si mismo. Así que ya sabes, cada uno decide si quedarse con lo simple o adentrarse en el mundo de la complejidad. ¿Qué decides?
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