El taller de las emociones ya ha sido realizado, una nueva experiencia que ha resultado muy gratificante y de la que he podido aprender mucho. No llevaba muchas expectativas de como iba a ir, quería dejarme llevar por el momento y lo que tuviera que suceder, que pasará. Me hice un pequeño guión, algo necesario para poder tener un hilo conductor por el que desarrollar todo el taller. Podríamos evaluar muchos puntos de la experiencia, pero iré desgranado en los siguientes párrafos, algunos de los puntos que más me sorprendieron y que quiero destacar.
El público
Los niños y niñas, casi 50, de 4 años, fueron los receptores de mi mensaje. Y esto es algo a tener muy en cuenta, ya que has de adaptar tu mensaje a ellos y aunque pueda parecer fácil, has de reflexionar un poco sobre como enfrentarte a estos pequeños para captar su atención y sobretodo mantenerla. Lo positivo es que muchas de las acciones que realizas con ellos, puedes extrapolarlas a otro tipo de públicos, eso si, tendrás que hacer algunos cambios para adaptarlas a este nuevo target. Los niños son muy agradecidos y no importa si lo haces mejor o peor, lo que importa es si los entretienes, si te prestan atención, ya que pierden el foco muy rápido. Si sabes ganártelos, enseguida se ponen de tu parte y es mucho más fácil todo. Al trabajar las emociones, el amor lo expresamos mediante abrazos, y me sorprendió cuando uno de los niños se acerco para darme uno, algo que me dio un plus de energía para el resto de taller. El público es lo más importante, ya que el éxito del taller depende de lo que se lleven ellos.
El mensaje
El taller era sobre las emociones, un tema muy adecuado para trabajar con los más pequeños. Todo lo que puedan aprender ahora ya lo tienen adelantado para el futuro, y trabajar el autoconocimiento de sus emociones, conocerlas y reconocerlas, tanto en ellos mismos como en los demás, creo que es una faceta que les sirve mucho para progresar como personas. Y es por ello que me siento privilegiados de haber aportado mi granito de arena en este ámbito y que piensen que el papa de Marc es un experto en emociones.
Los niños y las emociones deben ir cogidas de la mano, poner el foco en que aprendan como se sienten, me parece algo fundamental para que de mayores se conviertan en personas empáticas, algo que hará que busquen el bien común y que desaparezca un poco el ego. El taller duró a penas 45 minutos, pero lo importante es que ellos ahora pueden practicar lo aprendido y estoy seguro que algo explicaran a sus familias, pero sobretodo espero que puedan aprender de sus hijos, ya que a veces olvidamos que pueden ser nuestros maestros, a pesar de lo pequeños que son.