En las entradas de la semana de hace un año, dos hitos fueron los protagonistas. En el primero de ellos hablo sobre la finalización del primer proyecto anual que realizaba en Instagram. Mientras que el segundo fue el séptimo cumpleaños del blog, otro año más en este mundo.
Si pinchas en el título puedes volver a leer la reflexión al completo. Este reto nace de ver a otras personas realizando un proyecto de 365 días y querer probar si era capaz de hacer lo mismo y aquí esta la prueba de que sí. El tema elegido fueron las palabras, de ahí el nombre de proyecto. Todo un año en el que he podido aprender mucho en diferentes ámbitos, en el post dejo un resumen de lo más destacado, pero lo que más pondría en valor es la importancia de la constancia para poder alcanzar aquello que te propones y el saber lidiar con esos días donde aparece la desgana y eres capaz de vencerla. Por estas dos cosas ya vale la pena el proyecto.
Otro año más, aunque me doy cuenta que al final no me importa tanto el tiempo que llevo en esto, sino el hecho de poder seguir cada día escribiendo y disfrutando de algo que me gusta hacer. Si pinchas en el título podrás releer la reflexión al completo, donde dejo un enlace a las entradas de los aniversarios anteriores y destaco aquellos aprendizajes que me llevo de esos 365 días. Al final me repito en muchas palabras y me alegra ver que me mantengo de un año a otro en temas concretos y que considero importantes, así que mantenerlos en el tiempo me hace ser consciente de que tengo claro mis principios y que tengo una seguida continua.
Dos entradas que suponen dos hitos, pero vuelvo a repetir, esto al final no deja de ser algo para recordar, ya que lo que de verdad importa es cada paso dado para poder nombrar a esa experiencia como hito. En un caso publicar una palabra durante un año y todo lo aprendido. Y en el segundo, seguir escribiendo después de 7 años. Lo importante es el día a día, es ahí donde reside lo importante.
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