Ya hable de la empatía hace 5 años, y es que esta es una de las palabras que forma parte de mi decálogo. En pocas palabras este concepto significa ponerse en el piel del otro. Sin embargo, creo que hemos de ser conscientes de que existen dos tipos de empatía, lo principal es utilizar una de ellas, aunque una es un poco más profunda, pero esto ya va muy acorde con la forma de ser de cada persona
Empatía a secas
La primera opción es la más simple y se trata de saber cuales son las consecuencias de nuestros actos con la gente de nuestro alrededor y a partir de ahí, decidir si seguir o no con ello. También consiste en entender la postura de los demás, pero sin profundizar, es decir, simple y llanamente respetar la opinión o los actos del resto sin plantearnos ningún tipo de preguntas. Esta postura está muy bien, ya que actúas de forma correcta, aceptas las cosas como vienen y no te cuestionas nada más. Es una manera de vivir muy tranquilo, sin entrar en problemas, ni haciendo trabajar a tu mente ante actos que no son de tu jurisprudencia.
Empatía en profundidad
Luego tendríamos otro tipo de empatía, en el cual intentas comprender el porqué esa persona actúa de esa forma o tiene cierta opinión sobre algo. Es decir, nos sólo respetas lo que hace y dice, sino que empatizas de forma mucho más profunda, reflexionando sobre que hubieras hecho tu en esa situación o cuales son las posibilidades para que esa persona haga lo que esta haciendo. A diferencia de la anterior, se trata de cavilar un poco más y comprender las acciones y opiniones del resto, con el resultado de que aprendes un poco más del comportamiento humano, algo que te servirá para futuras interacciones.
La cuestión es saber ponerse en la piel del otro, luego ya depende de cada uno ir más allá. Respetar es primordial, pero si quieres conocer el porqué de esos actos habrás de reflexionar sobre ello. En la primera opción vivirás más tranquilo y todo será más fácil. La segunda opción aparece junto a la curiosidad de saber el porqué la gente hace lo que hace, siempre comparando con lo que tu harías.
¿Practicas la empatía?¿Cual de las dos opciones te parece mejor?
Foto: Ana Nas
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