El aprendizaje por el túnel de la vida

Una experiencia como es correr por un túnel, es la protagonista de las entradas de la semana de hace un año. En la primera hago una pequeña introducción sobre la situación que me llevo a reflexionar sobre este hecho. Mientras que en al segunda profundizo en el aprendizaje que me llevo tras haber recapacitado sobre lo vivido. Pincha en cada uno de los títulos para leer la reflexión al completo, aunque en este caso la mejor opción es leer ambos para comprender la metáfora al completo.

Corriendo por el túnel. Aprendizaje

Correr es una actividad muy sencilla de realizar, uno de los propósitos de la misma es mantenerse bien fisicamente, aunque también tiene sus beneficios para la mente, ya que hay momentos en los que te olvidas por un instante de la rutina diaria y el simple hecho de correr es una forma de evadirnos. En mi caso, la mente siempre intenta aprender de lo que estoy viviendo y esto me sucedió mientras corría por dentro de los túneles, ya que la poca visibilidad en alguno de ellos y como pase de utilizar la luz o caminar por dentro de ellos cuando no la tenía, hasta llegar a correr manteniendo el ritmo sin luz, este proceso me dio una gran lección que es la que comparto en el siguiente post. Aunque lo interesante aquí es darse cuenta que, si nos mantenemos despiertos, podemos encontrar aprendizajes en cualquiera de nuestras experiencias, por muy cotidianas que sean, sólo hay que prestar atención y valorar lo que hacemos.

El túnel de la vida

En esta entrada dejo mi opinión sobre le aprendizaje que me llevo sobre el hecho de correr en los túneles y como es muy buena metáfora para algunas situaciones de la vida. La cuestión es que todo túnel tiene una salida, pero hay un aspecto muy importante a tener y es el hecho de si vemos el final o no. Hay túneles rectos, donde tenemos claro que hay una meta, pero en el medio del túnel no hay luz, a pesar de ver la salida, es un momento donde la imaginación hace acto de presencia, podemos perder un poco el equilibrio, pero si mantenemos el foco en donde queremos llegar y somos constantes no tenemos que preocuparnos de nada, no hay que darle importancia a lo que pueda haber a nuestro alrededor, ya que tampoco lo vemos. Otra situación es cuando no vemos la salida, es decir, el túnel no es recto, aquí nos tenemos que arriesgar y llegar hasta donde sea para intentar ver la salida y una vez la veamos la solución pasa por lo realizado en el caso anterior, pero hemos de tener la capacidad de llegar hasta allí y en el caso de que no veamos la luz toca retroceder y también aprender de ello.

La vida nos presenta muchas situaciones que son muy parecidas a los túneles, tenemos claro el objetivo, pero lo que sucede en nuestro entorno inmediato no es visible, por ello hemos de ser constantes en mantener el foco en lo propuesto y pasar de lo que hay a nuestro alrededor. No importa la oscuridad, ya que no vemos nada y como mucho es nuestra imaginación, que a veces se convierte en miedo, la que nos frena a seguir adelante. Confiar en uno mismo y tener la certeza que llegaremos hasta el final son dos puntos clave para alcanzar todo lo que nos propongamos.


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